Usualmente, la ingenieria de mezcla y la producción musical se ve como un proceso, en su mayoría, técnico: ¿que software usamos?, ¿que estudio es el más caro?, ¿estamos usando la cadena de mezcla de este ingeniero de mezcla de Los Angeles que es reconocido y tiene un video en Mix with the masters?

Todos estos pensamientos son más comunes de lo que quisiera en la industria de la musica, que solo hace notar una busqueda imposible por la perfección y de como es que se olvida el arte de una canción en su totalidad. La realidad de como tener una buena canción que pueda estar en unos charts es más sencillo de lo que parece.

Lo que nos hace escuchar una canción una y otra vez, no es qué compresor de waves estamos usando, si no como es que un cantante nos hace sentir la intención de su arte con cada palabra que dice. Es extraer esa emoción artística escondida en cada grabación lo que nos hace conectar con un público. Es eso lo que busco en cada proyecto que me involucro: ¿cómo podemos extraer la máxima emoción dentro de esta canción?

Para mí el arte no solo está en la composición, sino está en las decisiones de mezcla, la grabación y en nuestra visión.